PARÍS — Se espera que las fuerzas de extrema derecha y de izquierda de Francia se unan el miércoles para derrocar al gobierno del Primer Ministro Michel Barnier en un histórico voto de censura impulsado por disputas presupuestarias. Si la moción tiene éxito, sería la primera vez que un gobierno francés es derrocado de esta manera en más de 60 años.
El presidente Emmanuel Macron insistió en que cumplirá el resto de su mandato hasta 2027, a pesar de los crecientes llamados de la oposición a su salida en medio de la agitación. Sin embargo, Macron necesitará nombrar un nuevo primer ministro para el segunda vez este año, remodelando aún más el equilibrio político de Francia después de las pérdidas de su partido en Las elecciones legislativas de julio.
El drama político se produce cuando Macron, actualmente en una visita presidencial a Arabia Saudita, desestimó la amenaza de un colapso del gobierno, según informes de los medios franceses el martes, diciendo que las discusiones sobre su posible destitución del cargo eran “políticas ficticias”.
“Estoy aquí porque he sido elegido dos veces por el pueblo francés”, dijo Macron. También se informó que dijo: “No debemos asustar a la gente con esas cosas. Tenemos una economía fuerte”, dijo Macron.
La moción de censura surgió de una feroz oposición a barnier’s presupuesto propuesto. La Asamblea Nacional, la cámara baja del parlamento francés, está profundamente fracturada y ningún partido tiene mayoría. Está compuesto por tres bloques principales: los aliados centristas de Macron, la coalición de izquierda Nuevo Frente Fashionable y la extrema derecha Agrupación Nacional (RN). Ambos bloques de oposición, típicamente enfrentados, se están uniendo contra Barnier, acusándolo de imponer medidas de austeridad y de no abordar las necesidades de los ciudadanos.
El martes por la mañana, el líder de la Agrupación Nacional, Jordan Bardella, cuya buena voluntad de partido fue essential para mantener a Barnier en el poder, confirmó su apoyo a la moción y calificó el presupuesto de “defectuoso y perjudicial” para el pueblo francés. Los líderes de izquierda se han hecho eco de críticas similares, exigiendo gasto social más robusto.
La Asamblea Nacional dijo que la moción de censura requiere al menos 288 de 574 votos para ser aprobada. La izquierda y la extrema derecha cuentan con más de 330 legisladores, aunque algunos pueden abstenerse de votar.
Si el gobierno de Barnier cae, Macron deberá nombrar un nuevo primer ministro, pero el parlamento fragmentado permanece sin cambios. No se podrán celebrar nuevas elecciones legislativas al menos hasta julio, lo que crearía un posible estancamiento para los responsables de la formulación de políticas.
Si bien Francia no corre el riesgo de sufrir un cierre gubernamental al estilo estadounidense, la inestabilidad política podría asustar a los mercados financieros. Barnier incluso advirtió sobre “ una gran tormenta y turbulencias muy graves en los mercados financieros”, si su proyecto de presupuesto fuera rechazado por el Parlamento francés.
Francia es bajo presión de la Unión Europea para reducir su colosal deuda. Se estima que el déficit del país alcanzará el 6% del producto interno bruto este año y los analistas dicen que podría aumentar al 7% el próximo año sin ajustes drásticos. La inestabilidad política podría hacer subir las tasas de interés francesas, profundizando aún más la deuda.